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Mejor playa de España para los lectores de 20 minutosUn paseo entre dos puentes

lunes, 5 de noviembre de 2012

La leyenda de Ponte do Porco


Esta es nuestra visión de la leyenda de Roxín Roxal y por ende de Ponte do Porco.

Don Nuno Freire de Andrade, tercer señor de Pontedeume, tenía una hija hermosa e inquieta llamada Teresa. Tenía también a su servicio un doncel alto, delgado y bien formado de cuerpo, contento, rubio y sonriente al que llamaban Roxin Roxal. En tan buena estima lo tenía don Nuno que cierta vez le regaló su puñal de plata.

- defiende con él la tus señores
- así lo haré

 Más quiso el destino que entre Teresa y el doncel naciera, como sin querer un amor imposible. Don Nuno, al saberlo perdió el juicio:

 - O te casas con don Henrique Osorio, noble como tú, o Roxin Roxal perderá la vida.

Teresa se casó con don Henrique, y Roxin Roxal pasaba el día y la noche comido por la melancolía. Un atardecer de otoño don Nuno lo sorprendió mirando lánguidamente para la ventana cerrada de la cámara nupcial de la forzada pareja.

- Marcha de mis tierras Roxin Roxal.

Don Henrique no sabía que hacer para ganar la admiración de su esposa. Un día , contra lo que era costumbre, la invitó a presenciar la cacería de un jabalí que estropeaba las cosechas de los campesinos de la comarca. La partida llegó hasta la orilla del río Lambre. Allí apareció el jabalí. Amenaza, gruñe, enseña los dientes a los cazadores. Henrique Osorio coge el arco y apunta, la flecha vuela, al jabalí en un costado. No lo mata; pero le hace hervir la sangre. La fiera se abalanzara sobre doña Teresa y la hiere de muerte. Don Henrique, el cobarde, huye despavorido tirándose del puente abajo, mientras el jabalí destroza a su esposa.

La tragedia se contó en toda la comarca. No había nadie que no supiera de la dureza de corazón del padre, de la cobardía del yerno, del amor infinito del doncel. Y de allí a unos días, de mañana, un bulto negro apareció en medio del puente. Mucha gente se acercó. Era el jabalí, muerto. En el cuello ensangrentado estaba clavada hasta la empuñadura la daga de plata que don Nuno le había regalado, aquel día, a Roxin Roxal. Desde entonces aquel lugar se conoce con el nombre de PONTE DO PORCO.

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